JOSÉ MANUEL PARDO MÉNDEZ
A lo largo de cuatro artículos se hace un breve recorrido sobre el vino y la viticultura Asturiana. Se habla de la historia del vino en Asturias, se comentan algunos interesantes aspectos etnográficos y culturales de la zona relacionados con la vitivinicultura y por último, se analiza brevemente desde el punto de vista técnico el cultivo del viñedo en el territorio y se dan unas recomendaciones a la hora de acometer nuevas plantaciones y su mantenimiento.
El viñedo asturiano: Presente y futuro (ii)
En los anteriores artículos se han analizado brevemente la historia y algunos aspectos etnográficos en relación con la vitivinicultura en Asturias, puesto que, al tratarse de un cultivo con una honda tradición, se entiende mucho mejor tras conocer todo lo que hay detrás.
Tras descubrir de manera somera la trayectoria de la vitivinicultura en el Principado, en el siguiente artículo se describen algunas de las características del viñedo actualmente, especialmente su mantenimiento.
En cuanto a los parámetros de formación de las cepas, para esta zona, no serían recomendables alturas de tronco bajas, a pesar de la mejor maduración de la uva, por la mayor sensibilidad a heladas primaverales y el mayor riesgo de enfermedades criptogámicas, dos condicionantes claves para el cultivo en este territorio. En general alturas de tronco en torno a 60 o 70 cm se consideran adecuadas en la mayoría de viñedos.
El sistema de poda elegido estará en función de la variedad y las preferencias del viticultor. El sistema de poda más frecuentemente empleado en los viñedos de la zona es el guyot simple.
Este sistema fue introducido en la zona por los técnicos franceses de los que hablamos en el artículo de historia. En la zona de Cangas lleva muchos años siendo el sistema predominante, mientras que, en Ibias, con una viticultura menos tecnificada hasta fechas recientes, aún se mantenían bastantes viñedos en vaso. El cordón doble, ampliamente extendido en otras zonas vitícolas y que había sido empleado en algunas nuevas plantaciones de la zona no está teniendo buena acogida e incluso se han reconvertido viñedos a la poda guyot.
En general, para las variedades autóctonas, son preferibles sistemas de poda larga, como el mencionado Guyot u otros similares, ya que estas presentan baja fertilidad en las yemas basilares.
No obstante, y de cara a una prevención ante los problemas de enfermedades de la madera que se comienzan a incrementar en la zona, al igual que en el resto del país, podría ser conveniente adoptar podas de respeto como el guyot pousardd u otras, que minoren las heridas de poda, vías de entrada de estas enfermedades.
Teniendo en cuenta las características climáticas de la zona, los sistemas de formación en espaldera vertical se consideran más convenientes, por las siguientes razones:
Nos encontramos en una zona con condicionantes climáticos difíciles para las cepas, la espaldera nos permite una mejor defensa contra heladas, facilita la ventilación de la vegetación, disminuyendo la humedad en el interior de la cepa, lo que dificulta el avance de las enfermedades criptogámicas. Así mismo, facilita y hace más eficaces los tratamientos fitosanitarios, además de la vendimia. Además, este sistema posibilita podas largas, más convenientes para las variedades autóctonas.
Por el contrario, tiene inconvenientes como el coste de implantación y mantenimiento o el incremento de las necesidades hídricas de las cepas. Pero sin duda, para una zona como la que nos ocupa, las ventajas de las espalderas superan a las formas libres en general en la mayoría de parcelas.
Hacer mención a la importancia de que la altura de las espalderas sea suficiente para buscar la mayor superficie foliar expuesta, y a su vez, evitar el sombreado mutuo de las cepas.
La elección de los materiales a emplear en la espaldera depende fundamentalmente de las características de cada explotación en el momento de la toma de decisiones. Se podrá optar entre la gran variedad de materiales y opciones presentes en el mercado, y principalmente se tendrá en cuenta lo siguiente:
- La espaldera tendrá que ser fuerte para resistir la fuerza del viento y el peso de las plantas (ramas y cosecha).
- Será fácil de instalar, hecha con materiales ligeros, cómodos de manipular y que requieran poca mano de obra.
- Bajo coste de instalación y bajo mantenimiento para ahorrar en reposición de materiales y mano de obra.
En cuanto a la forma de plantación de las cepas existen innumerables variables que dependerán de la disponibilidad de cada viticultor para realizarlo. Por ello no serán objeto de este artículo. Puede hacerse de manera manual, con zanjeado y colocación manual, con plantadoras….
En lo que si me gustaría insistir es en la importancia del empleo de planta certificada, siempre que lo tengamos disponible (para los patrones es obligatorio) y en que esta proceda de viveros de confianza y debidamente acreditados.
Antes de plantar siempre se debe comprobar tanto su correcto etiquetado e identificación cómo su estado (sin daños por frío, deshidrataciones, presencia de hongos, aplastamientos o roturas). Sus raíces deben ser firmes y duras.
La plantación se realizará preferiblemente en esta zona en los meses de marzo-abril, en caso de que, como es habitual se emplee planta a raíz desnuda. En el momento de plantación, es muy conveniente que el suelo se encuentre en tempero, en caso contrario y si es posible es conveniente regar. Debe tenerse en cuenta que el punto de injerto quede como mínimo dos cm por encima del nivel del suelo.
En caso de que la disponibilidad de agua se vea limitada es conveniente regar las cepas jóvenes al menos durante su primer verano de establecimiento. Un déficit hídrico en los primeros meses y años de vida de la cepa, cuando su sistema radicular es limitado puede provocar crecimientos y establecimientos deficientes de la planta. No debe olvidarse que lo que se busca es un viñedo homogéneo.
En cuanto al mantenimiento del suelo, en los viñedos establecidos conviven diferentes sistemas.
En los viejos viñedos es bastante usual el empleo de cubiertas vegetales temporales (durante el invierno) que son controladas con herbicidas al inicio de la actividad vegetativa. En los últimos años también se emplea en algunos de estos viñedos la cubierta vegetal espontánea durante todo el año, manteniéndola controlada mediante desbroces periódicos.
En viñedos plantados en los últimos años, aptos para mecanizar, conviven los sistemas anteriores con el laboreo.
Cuando se acomete una nueva plantación, es muy importante tener en cuenta la competencia por agua y nutrientes que sobre las jóvenes cepas ejercen las malas hierbas. Para controlarlas se puede emplear cualquier alternativa, como el laboreo, herbicidas, acolchados, o cubiertas vegetales entre filas. En viñedos jóvenes o recién implantados las cubiertas vegetales son únicamente recomendables en zonas sin limitaciones hídricas o en viñedos con vigor elevado. El laboreo es una práctica aconsejable para estas viñas, ya que favorece la infiltración de agua y permite el establecimiento en profundidad de las raíces.
Para finalizar, haremos un muy breve repaso a las enfermedades y plagas más frecuentes en la zona, las cuales condicionan en buena medida el cultivo.
Dentro de las plagas, las más frecuentes en la zona son las siguientes:
- Acariosis (Calepitrimerus vitis)
- Erinosis (Colomerus vitis )
- Polilla del racimo (Lobesia botrana y Schiff.)
Estas no suelen causar graves daños, generalmente se mantienen a niveles bajos.
En esta zona, la humedad hace que el problema mayor sean las enfermedades criptogámicas, las cuales en ocasiones llegan a arruinar cosechas si no se controlan de manera adecuada. Las más frecuentes son las siguientes:
- Mildiu (Plasmopara viticola Berl y de Toni)
- Oidio (Erysiphe (Uncinula) necator)
- Podredumbre gris o botritis de la vid (Botrytis cinerea)
- Black-rot o podredumbre negra de la vid (Guignardia bidwelli (Ellis) Viala & Ravaz)
- Excoriosis de la vid (Phomopsis vitícola )
- Hongos de la madera de la vid
- Podredumbres de la raíz (Armillaria mellea Vahl; Rosellinia necatrix Hartig)
La descripción de cada una de estas enfermedades, sus síntomas y su control, al igual que el resto de condicionantes de la viticultura, no son objeto de este artículo, y para ello existe abundante bibliografía especializada.
Con esta serie de artículos únicamente se pretende acercar al lector interesado, un poco más sobre el viñedo asturiano a día de hoy, así como repasar los aspectos clave a la hora de acometer una plantación de viñedo en esta zona de Asturias.
Han sido redactados con el fin de acercar y dar a conocer a más público la aún desconocida vitivinicultura asturiana.
Esta tradición secular, se trata de un orgullo para la región. Los viñedos, las cuatro variedades autóctonas y todo lo que lleva detrás que se ha desgranado brevemente en estas letras pervive hoy gracias al esfuerzo y sacrificio de un puñado de viticultores, que, aferrados a sus raíces se empeñaron en que el legado de sus antepasados no se perdiese.
Merecen ser más conocidos de lo que son hoy, y que la tradición siga, y continúe creciendo, dotando de actividad productiva a una zona tan castigada.
Hoy día Asturias cuenta con una Denominación de Origen, la cual nos garantiza que el vino de una botella que pone Vino de Cangas, o de Ibias, o de cualquiera de los concejos amparados por esta figura de calidad lo es en realidad. Los vinos amparados están en los mejores restaurantes, ganan premios en diversos certámenes, y es posible tomar un vino de Asturias en Nueva York.
El vino en esta zona de Asturias tras años de olvido tiene un buen presente, y, esperemos que tenga aún un mejor futuro.
El futuro pasa por lo mismo que ha pasado el presente, por el esfuerzo, el trabajo, y sobre todo el amor y el respeto a la zona, a las viñas y al legado de nuestros antepasados.
El futuro también pasa por no quedarse anclado en el pasado, por incorporar mejoras técnicas, por realizar las plantaciones y las labores con criterio, y pensando que, al igual que hoy estamos disfrutando de los vinos que obtenemos de las viñas de nuestros abuelos, a nuestros nietos les gustará disfrutar de las viñas que hoy plantemos. Por eso, debemos hacer las cosas bien.
Larga vida al vino de Asturias.
José Manuel Pardo Méndez. col 684
Ingeniero Técnico Agrícola.
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