CARMEN MARTÍNEZ RODRÍGUEZ
Ubicación: Las Mestas nº30 33817 CANGAS DE NARCEA.
Actividad desarrollada: Cultivo de viñedo y producción de vino
Marcas de calidad:
Vino DOP Cangas.
Teléfono:
663 083 548
Redes Sociales:
La tarde del 2 de marzo de 2021 me acerco hasta las viñas que Carmen tiene cerca del pueblo de Cobos, en Cangas del Narcea. Se trata de una ladera bien orientada al sur y desde donde se ve la confluencia de los ríos Naviego y Cibea. Como en casi cualquier otro viñedo de esta zona la pendiente es considerable. El título de viticultura heroica no es casual. Aunque las nuevas técnicas de producción en bancales facilitan el trabajo, nadie podrá negar el tremendo sacrificio de los pequeños viticultores del suroccidente asturiano.
Encuentro a Carmen podando y a su marido Joaquín renovando postes y alambres. Ambos me comentan lo mismo: “a la viña hay que dedicarle mucho tiempo”. Sin querer, ya descifran uno de los secretos de sus vinos LA MEDIA VUELTA: el mimo y el cuidado de sus viñedos.
¿Cuál es la actividad de tu empresa? ¿Quién es tu público objetivo?
Tengo dos actividades. Por un lado nos dedicamos a producir uva en nuestros propios viñedos. Después, esa uva la transformamos en la bodega Las Danzas para dar vida a los vinos LA MEDIA VUELTA, acogidos a la D.O.P. Vino de Cangas.
Son pequeñas producciones, con una elaboración muy esmerada, enfocadas fundamentalmente a restauración y también al consumidor amante de los buenos vinos.
¿Cuál es el origen de la explotación/pequeña industria y cómo se integra en nuestro territorio?
Como viticultores es tradición familiar de tres generaciones. Pero yo doy un paso al frente apostando por la elaboración de un producto de calidad muy arraigado en la zona.
¿Cuáles es su superficie? ¿Con qué infraestructuras cuenta y cuál es su capacidad?
Cuento con una superficie de viñedo de más de tres hectáreas, toda con variedades autóctonas de la zona.
La bodega tiene una capacidad para elaborar 20.000 botellas anuales.
¿Qué variedades cultiváis? ¿Cuál es el sistema de manejo?
El Albarín blanco es la variedad más importante, ocupando un 70% del total de la superficie. También hay un 5% de Moscatel blanco.
El resto está plantado con variedades tintas: Albarín negro, Verdejo negro y Carrasquín.
La poda y la vendimia siguen siendo totalmente manuales. Pero estamos abancalando toda la viña para facilitar sobre todo los tratamientos fitosanitarios. Y para vendimiar, poder meter un tractor por las calles hace el trabajo mucho más llevadero.
¿A qué se deben los nombres de la bodega Las Danzas y el vino La Media Vuelta?
Después de darle muchas vueltas, decidí poner a la bodega el nombre de Las Danzas en honor a los bailes o danzas típicas de las romerías y fiestas asturianas. La Media Vuelta es precisamente una de esas danzas tradicionales. Y la intención es ir sacando diferentes vinos con nombres de otras danzas: el pericote, la danza prima,…
¿Cuáles son las principales dificultades a que os enfrentáis como pequeños productores/transformadores? ¿Cuál ha sido el momento más difícil?
El principal problema a la hora de comenzar es el papeleo, todos los trámites burocráticos.
Una vez hecho el producto, la comercialización es muy complicada.
¿Cuáles son vuestros puntos fuertes como pequeños productores/transformadores?
Es un producto muy mimado en el cultivo, seleccionando al máximo la calidad. Eso nos permite obtener pequeñas producciones muy selectas.
¿En qué os hemos ayudado los ITAs en vuestra explotación/pequeña industria, y en qué otras cosas creéis que podríamos ayudaros?
Los Ingenieros Técnicos Agrícolas nos asesoran tanto en las recomendaciones de abonado y encalado como en el control de plagas y enfermedades.
¿Dónde y cuándo pueden comprarse vuestros productos?
Directamente al cliente vendemos en la página web www.bodegalasdanzas.es y también atiendo pedidos en el teléfono 663 08 35 48.
Los vinos La Media Vuelta también se pueden encontrar en tiendas locales y, por supuesto, en la hostelería de la zona.
Por último, ¿Cómo veis el futuro del medio rural y del sector? ¿Vivís de esta actividad?
El futuro en el medio rural es complicado, y ahora con el Covid aún más.
Las producciones son pequeñas y por lo tanto no deben ser baratas. Pero de momento es imposible vivir exclusivamente de ello. Espero que en un futuro pueda ser así.
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